“Venezuela merece un lugar muy particular en nuestro corazón”
Fueron las primeras palabras del líder sudafricano Nelson Mandela a su llegada a Venezuela, 22 de julio 1991. Tuve la suerte de verlo en el Panteón Nacional, experiencia inolvidable. Es una de esas personas extraordinarias que han pasado por este mundo dejando huellas profundas. Sin duda alguna sus enseñanzas y verdades son ejemplos para la humanidad, más aún su grandeza infinita de haber encontrado el camino de la reconciliación nacional en un país dividido por el odio en términos absolutos, sin caer en la venganza, con un régimen racista conocido como “apartheid”, además de haber padecido 27 años de prisión, porque se opuso a la segregación racial. “En 1948 el Partido Nacional de Sudáfrica (PN) ganó unas elecciones en las que solo podían votar los blancos e instaló un sistema de segregación racial represivo contra los negros. En 1952 Nelson Mandela organizó una campaña de desobediencia civil sin violencia que le valió su primera condena.”(1) La idea de este trabajo