Decálogo de la Resistencia Cultural - Adriano Corrales Arias
"Controlar la vida privada de las personas, diseñar sus sueños y condicionar sus utopías, sería el triunfo más logrado de los ideólogos de la globalización",
según el historiador Rodrigo Quesada
Monge.
Eso quiere decir que la amistad, la solidaridad, la memoria colectiva e
individual, la paz, el amor, la ensoñación creadora, en fin la vida; son
la respuesta que nuestros pueblos globalizados deben enarbolar para no
sucumbir ante el tremendismo neoliberal que plantea una única salida
capitalista plagada de frustración deshumanizada, es decir de
necrofilia.
Dentro de esa perspectiva esbozo las siguientes propuestas, como
fundamentos de una respuesta digna del artista y del escritor, del
intelectual y el promotor cultural ante la modificación de las políticas
culturales en América Latina, y como posibles líneas de acción para una
Plataforma de Resistencia ante la globalización bajo esquema
neoliberal, que permita la defensa de las conquistas sociales y la
transformación de las actuales relaciones de poder, en nuestro país y su
entorno regional:
1. Debemos proponer la recuperación de un espacio
esencial que la burguesía y el capital aún no reconquistan totalmente:
la posibilidad del diálogo personal con el otro, con los demás.
2.
Promover el desarrollo de una subjetividad crítica y creadora, que
recupere lo contestatario, la insubordinación intelectual y práctica,
para cuestionar socialmente el "sentido común" pragmático, impuesto por
el neoliberalismo.
3. Enarbolar la humanización del trabajo y la reconversión del consumo.
El
primero debe convertirse en un actividad solidaria, creativa, segura,
equitativa, enriquecedora de la cultura y en balance con el reposo, la
recreación y la naturaleza.
El segundo para que el proceso de formación y usufructo de
necesidades sea democrático, que parta de una distribución justa de los
bienes generados con pleno acceso de todos.
4. Recuperar
nuestros cuerpos como entes soberanos, como geografía de nuestra
verdadera vida espiritual. En el amor y en el placer erótico (el eros
como disfrute límite del otro), así como en nuestra privacidad
dialogante, reside nuestra más clara resistencia comprometida con la
vida.
Solamente de esa manera podremos superar la soledad y la atomización
posmodernas y reivindicar la palabra como un instrumento orgánico de
nuestra verdadera humanidad.
5. Destacar nuestra riqueza pluricultural, multiétnica y
multilingüe, así como sus intensas posibilidades de sincretismo,
hibridación y mixtura de géneros.
6. Fortalecer el
ejercicio de la memoria, tanto individual como colectiva, para darle
continuidad a nuestros sueños. Esto significa resemantizar –recrear–
nuestras historias con la capacidad transformadora de la imagen
artística y la palabra compartida.
7. Reivindicar la sensualidad y la espontaneidad como factores inherentes a nuestra capacidad de vida.
Frente a la cordura necrófila del sistema, la Locura
de sabernos vivos, el humor, la sátira y el sarcasmo, son la puerta
grande por donde salimos a protestar contra el orden caótico de la
productividad y la cosificación de la realidad.
8. Recuperar los espacios públicos y los puntos de
encuentro socioculturales como plazas, parques, calles, bulevares,
tabernas, cafés, etc., para proponer la fiesta y el carnaval de la
convivencia solidaria con los demás, como una forma de amistad y
comunicación alternativa, pero también de lucha social y defensa
comunitaria.
9. Retornar a los sectores populares, pero no en términos
del extensionista o del intelectual/artista iluminado que llega a
entregar sus productos para "educar" y "concientizar" al pueblo, sino
para establecer nuevas relaciones donde el intelectual y el artista se
convierten en mediadores y facilitadores que dialógicamente exponen las
categorías conceptuales básicas y los elementos de la producción
artístico/cultural a los sectores subalternos, para que sean ellos
quienes desarrollen creativamente sus propias propuestas desde un
empoderamiento colectivo.
Es un diálogo necesario donde el
intelectual y el artista también aprenden de los saberes populares,
integrándolos a su producción teórico/metodológica. Se trata de superar
el patriarcalismo cultural, el extensionismo academicista y la "opción
políticamente correcta", para pasar a la acción concertada donde los
sectores populares sean, ahora sí, los verdaderos protagonistas.
10. Construir y desarrollar redes alternativas de intercambio y producción de nuevas formas y experiencias artísticas.
Para
"desmercantilizar" el arte y la literatura no basta con buenas
intenciones o manifiestos, debemos entablar el diálogo con otros
creadores y abrir las fronteras de la creatividad para potenciar
producciones compartidas o distribuir
de otra manera las nuestras. Ir al encuentro con los otros.
En
otras palabras, debemos oponer a la globalización homogeneizante el
amor, la amistad, los sueños y la poesía desde nuestras propias
posibilidades creadoras y comunales, no solo en la producción, sino
también en la difusión y en la circulación de los bienes culturales.
Para recibir todo el documento –incluyendo las notas bibliográficas–, por favor dirigirse al autor:
cazadelpoeta@yahoo.com
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